Aprender de tropiezos propios y ajenos es lo que nos enseña a caminar.
Nunca es sin "el otro".
Partiendo de esa reflexión, el 49% que no votó a este gobierno deberá comprender que "el otro" es ese 51% que sí lo votó. Y viceversa, ese 51% que quiso un cambio de estilo deberá comprender que ese 49% es su otro.
La Patria es el Otro, decían ...
La Patria somos Todos, decían...
Y es exactamente lo mismo.
¿Y si eso es lo que no entendimos en su totalidad?
¿Será que para dar los pasos definitivos después de aprender a caminar
tan sólo había que comprender que el Otro era Yo, eras Vos?
Parece una tarea imposible pero si preguntamos (y dejamos de tener
todas las respuestas) seguramente nos encontraremos con que coincidimos en lo fundamental y esencial de nuestra cotidianeidad, en que nuestra familia, nuestros amigos, nuestros hermanos son nuestra propia vida. Ahí estamos absolutamente hermanados.
Y si ampliamos y profundizamos la mirada mucho más vamos a coincidir en la vida diaria, en la vida misma. Vamos a encontrar que muchas cosas con las que nos indignamos es común para el 100%.
Ahi tenemos que pararnos. En una indignación reflexiva.
Superemos esa barrera e integrémonos. ES VITAL. .
Yo estoy seguro que los argentinos que se inclinaron por Macri y lo votaron no están de acuerdo con que sus hijos o sus nietos sufran las consecuencias en sus vidas diarias de una "decisión política". Nadie puede estar de acuerdo en dejar un país hecho mierda para sus hijos, y aunque haya argentinos egoístas serán una minoría.
Una de las promesas de campaña de Macri lo demuestra: "Pobreza Cero". Si creíste en esas palabras es porque no tenés un mínimo de egoísmo.
Creo que es tiempo de caminar todos por el medio de la calle, dejar de caminar por la vereda. ¿Acaso no queremos todos que Argentina sea una gran Nación? Reflexionemos nosotros, no dejemos que reflexionen por nosotros.
El hambre nos impone el límite de tiempo que tenemos para dar el gran paso. Tendremos que ser ágiles para juntarnos y gritar que Si se Puede para Todos y Todas.
José Maria Di Bello.
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