Las repercusiones del "López Gate" siguen dando que hablar.
Algunos políticos y ex funcionarios denuncian campañas de persecución de sus personas con la participación judicial y de servicios de inteligencia.
Me parecen acertadas estas denuncias pero, dicho con todo respeto y consideración por su situación personal, creo que si aceptamos aquella afirmación de que "el Pueblo no gobierna ni delibera sino a través de sus representantes", su presente desdicha debe ser considerada como un reconocimiento por haber actuado a favor del pueblo y los intereses nacionales dado que quienes los persiguen son los sicarios, los gerentes y los dueños del entramado de empresas "nacionales" y multinacionales que, nuevamente, están depredando nuestra Patria.
También creo que, a todas vistas, la situación de las mayorías va empeorando día a día y las resoluciones del Gobierno nos vuelven a encadenar a una situación semi-colonial.
Ustedes, son nuestros representantes por haber sido depositarios de nuestros intereses y expectativas.
Entiendo que desde la función legislativa es muy poco lo que pueden hacer para oponerse al Plan Macrista pero lo que resulta sorprendente, desalentador y corrosivo es la sucesión de divisiones en el bloque FPV.
Los argumentos que justifican esas conductas hablan de la necesidad de Unidad pero, se fracturan y favorecen al Gobierno.
Algunas personas devenidas en lúcidos dirigentes, al explicar sus actos lo hacen como si el advenimiento del kirchnerismo hubiese sido generado por su accionar previo, cuando todos sabemos que las organizaciones que representan surgieron impulsadas, amparadas y sostenidas por Néstor y Cristina.
Ex funcionarios y dirigentes se rasgan las vestiduras pidiendo "autocrítica" y no se hacen cargo del desprestigio que el accionar de funcionarios y organizaciones sociales y política produjeron en amplios sectores de la sociedad antes de las elecciones de octubre.
Para millones como yo, gente común que se informa solo por los medios comunes y que no maneja "información reservada", estas actitudes aparecen como reacomodamientos ante el gobierno macrista.
Y la pretensión de condicionar los actos y los tiempos de la única figura aglutinante es "infantilismo puro".
Es comprensible que desde "el palacio de las leyes" las cosas se vean "distintas" y que la angustia, las privaciones, las humillaciones, el deterioro constante de las condiciones de vida de millones puedan esperar....(?)
Una duda:
Esta política urdida por los poderosos de garrote, zanahoria, mínimas prebendas, reducidos espacios para la dirigencia del campo popular cuyo objetivo es separarlos de las urgentes y vitales necesidades de la mayoría popular... ¿tendrá éxito?
Si alguien tiene oportunidad de encontrar algún "fundamentalista de la fractura", por favor cuéntenle que el ánimo popular no conduce, esta vez, al vigoroso rechazo "que se vayan todos" sino al desilusionado "son todos iguales".
Con la militancia del escepticismo y la depresión es posible que terminemos aceptando resignadamente el nuevo-viejo orden neoliberal.
José María Di Bello
Agrupación Conocer Nuestra Historia
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